En 1980, Calmell ya ocupa las cuatro plantas del edificio de la calle Siracusa y ha dejado el antiguo local donde nació. Se produce un cambio de accionariado, con la compra de la mayor parte de las acciones a la familia Calmell por parte de la nueva dirección, hecho que permite tomar nuevas iniciativas, inversiones en maquinaria y nuevos productos que facilitaran el crecimiento y la consolidación de la empresa.

Siguiendo el objetivo de evolucionar técnicamente, Calmell se especializa en productos que incorporan la banda magnética: tickets de peaje de las autopistas, libretas de ahorros y tarjetas magnéticas para el transporte público. La empresa inicia su internacionalización.